[Stgo. en 100 palabras]
domingo, 8 de marzo de 2009
Alimentar y ser comido
Parecía dormir, pero sabíamos que era imposible con tanto ruido. Sin embargo la naturaleza se había perdido entre tanta esquina, y por adaptación es que aquello tenía la extraña capacidad de cruzar portales oníricos con cuanto más bullicio había. En vano trataban algunos de despertarlo, mientras alrededor los maniquíes y títeres hacían sus fetichistas danzas. Nos les convenía que despertase, por más hilos se cortaran en el intento. Y así ha funcionado siempre, quizás algún día despierte y suceda aquello que tanto tememos en lo profundo de nuestra rutina.
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