martes, 12 de mayo de 2009

Encadenando la luz

Es increíble la inmensidad del universo, sobre todo cuanto más cerca lo percibimos. He visto cómo los brazos de las galaxias chocan entre sí, cómo los cientos de lunas se despegan de las nubes, mientras otros tantos soles se derriten en la incertidumbre. He visto con cierta impotencia cómo las estrellas, miles de ellas, se fatigan y caen al suelo, pisoteadas por la mismísima gravedad. Aún tengo presente esa imagen, de púlsares girando lento, colapsando porque el tiempo los ha dejado atrás, porque hemos cerrado el cielo y a su vez edificado las puertas que nos exilian a este infierno.

[Stgo. en 100 palabras]

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