jueves, 24 de abril de 2008

The Moonwalker

Cuenta la leyenda que una vez los vientos susurraron entre bambúes, cuentan que aquellos susurros venían del cielo, del mar, del desierto.
Tal concepción llevó a los árboles a entender que no podía entenderse sino con la suficiente tierra bajos sus pies.
Entonces se elevaron, desplegaron sus altas ramas y planearon las estelas. La gravedad los llevo altos, tanto como para danzar y hacer dar vueltas el Sol y la Luna... volaron lejos, y las estrellas rotaron, y el cielo se rayó de un verde negruzco.
La esperada gota de aquel brebaje cayó fugazmente, golpeó en seco el polvo terrestre, y provocó un temblor, un escalofrío, una lágrima y un pestañeo.
Pestañeó, mucho, el Caminante de la Luna. Lo hizo tanto que sus sueños se apoderaron de la realidad. Tomaron formas extravagantes, lo hicieron comer verduras y beber vino tinto. Los zarcillos bailaban y reían a su alrededor, mientras el desorientado extranjero luchaba por nadar hacia la luz.
No lo logró.
Las luces se abalanzaron sobre él.
Y una mano asomó por la puerta cambiando el switch a off.

Y jamás despertó, y jamás durmió.




Creative Commons License

miércoles, 2 de abril de 2008

Ilúvatar

Déjame narrar
los acontecimientos anteriores al tiempo
los hechos que hicieron a los árboles verdes
y a las manzanas dulces
déjame, por favor, romper el ruido de tu mente
déjame ser el maestro de orquesta de tu alma
pues ahí profundo
no ves más que peces y galaxias
déjame decirte una vez más
que el tiempo no para
mientras tu corazón sepa cantar.




Creative Commons License