sábado, 14 de marzo de 2009

Aceite a nuestra salud

Era tragicómico ver las líneas grises sobre la ciudad. Eran las estelas de inagotables soles y lunas que marcaban los compáses a la marcha de esta fría máquinaria. Comía polvo y respiraba vida como una sanguijuela arrojada al vacío. Los engranajes rechinaban y se soltaban, rodaban ladera abajo con rumbo aparente, pero perdidos en el trascendente sentido. Es cierto, muchas veces el metal nos maravilla con su brillar, pero tras él siempre ha caminado el congelado rumbo de nuestro azar.

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domingo, 8 de marzo de 2009

Alimentar y ser comido

Parecía dormir, pero sabíamos que era imposible con tanto ruido. Sin embargo la naturaleza se había perdido entre tanta esquina, y por adaptación es que aquello tenía la extraña capacidad de cruzar portales oníricos con cuanto más bullicio había. En vano trataban algunos de despertarlo, mientras alrededor los maniquíes y títeres hacían sus fetichistas danzas. Nos les convenía que despertase, por más hilos se cortaran en el intento. Y así ha funcionado siempre, quizás algún día despierte y suceda aquello que tanto tememos en lo profundo de nuestra rutina.

[Stgo. en 100 palabras]




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