Es una imagen del entorno urbano, reflejando la perdición ante los tiempos oscuros y presurosos donde cada gota de matices multicolores ha sido exiliada. Es una imagen de la crudeza y ese desnudo frío de un desabrigo constante, y una soledad bulliciosa.
Mas aunque tal construcción vaya en contra de la natural esencia del humano, no hace más que despertar emociones puras y propias de ese mismo paisaje. Y es que el ser es adicto a las emociones, y da lo mismo dónde esté sumergido: siempre en torno a él alzará portales y umbrales imaginarios, en el lugar donde yacen tales imagenes, cuyos destinos se precipitan a esencias de su mundo interior. Y es que en cada sentir concentrado, planetas completos aparecen en la complejidad de los mortales.
Evocado por Ulver.